domingo, 6 de septiembre de 2015

Extraño verano.

Los últimos días del verano llegan, y con ellos la angustia y depresión del final de no dormir hasta el amanecer, achicharrarse puesta al sol, de fiestas sin fin con buena gente y un buen Puerto de Indias.
Pero no, este verano no ha sido todo lo que "debería" de haber sido, si no que ha tenido madrugones impresionantes, horas y horas sin fin de trabajo y un "¡Qué llegue septiembre por favor!
Pero ahora que todo ha acabado hecho la mirada atrás y pienso en mi primer trabajo, aquel que me cambio la vida...
Cada momento, tanto bueno como malo, me ha hecho crecer, y poco a poco convertirme en una pequeña mujercita. Aquella gente me mostró qué era la vida, y lo que valía.